Fortunato Pereira Gamba

Hablar del doctor Fortunato Pereira Gamba es hablar del científico, del hombre multifacético, del hombre que amó entrañablemente a la Universidad de Nariño y a esta tierra nariñense que la conoció en toda su dimensión humana y territorial.  

 

Nació en Bogotá en 1866 y falleció el 12 de marzo de 1936 (de su lugar de fallecimiento no hay entera certeza, se cree que murió en Filadelfia o en Los Ángeles, ciudades de Estados Unidos).

 

Fue hijo del Doctor Nicolás Pereira Gamba y de Clotilde Gamba Bernal; su abuelo el Dr. José Francisco Pereira Martínez, (1789-1863), abogado y precursor de la Independencia de Colombia, participó en la campaña libertadora del Cauca junto al defensor de Derechos Humanos, General Antonio Nariño. Además, fue constituyente y redactor de la constitución de Cúcuta del 30 agosto de 1821.  Para algunos historiadores se lo considera fundador de la ciudad de Pereira, capital del departamento de Risaralda, otros indican que el verdadero fundador fue el padre Cañarte que por su amistad con José Francisco Pereira y rindiéndole homenaje como prócer de la patria dio su nombre a esta ciudad.

 

Fortunato Pereira, desde niño, acompañaba a su padre en los trabajos de ingeniería que éste realizaba y departía con los técnicos extranjeros con quien aquél trabajaba. De allí nació también su interés por los idiomas.

 

En 1879, a la edad de 13 años, después de permanecer poco tiempo en el Seminario Conciliar de Bogotá, su padre lo matriculó en la Escuela de Ingeniería Civil y Militar de Bogotá, ahí  comenzó su pasión por las matemáticas, posteriormente, con el surgimiento del Instituto Nacional de Agricultura Superior, obtuvo el ingreso a esta institución, por tanto, se dedicó a estudiar las dos carreras: Ingeniería Civil y Agricultura, haciendo énfasis en la Química, su entusiasmo por estos estudios lo llevó a constituir en su casa un laboratorio bien dotado para efectuar experimentos y confrontar la teoría que adquiría en la Universidad, además, Pereira Gamba, amaba la literatura, la poesía, la música clásica, prueba de ello son las frases, los versos, los nombres de reconocidos autores de la época que con frecuencia cita en sus escritos, especialmente, en su obra “La Vida en los Andes Colombianos”, además, asistía a la tertulia de nombre “Trinitaria” que su tía Mercedes había fundado en el barrio San Victorino en Bogotá, ahí, acompañado de sus condiscípulos y amigos se deleitaba con lo mejor de la literatura y la música. Fue amigo de José Asunción Silva, su poeta preferido. En este género y en aquellos relacionados con sus estudios “gastaba considerables sumas de dinero en compra de libros”.  

 

Logró pasantías en el laboratorio metalúrgico E.M. Riote en New York, siendo miembro del Instituto de Ingeniería de Minas de la misma ciudad norteamericana. Se graduó como Ingeniero Civil en 1885 en la Universidad Nacional de Colombia, siendo además miembro de la Sociedad Colombiana de Ingenieros. Enseguida se dedicó a los negocios, vendió sus fincas heredadas ubicadas en los mejores sitios de Bogotá y compró una llamada “El Chorro”, en lo que posteriormente fue el barrio San Cristóbal, él sentó las bases para el surgimiento del barrio, en esta finca sembró árboles de eucaliptos cuyas semillas las importó de Australia, de esta manera, se formaron los primeros bosques en el sur de Bogotá. 

 

La finca de “El Chorro” la vendió y se fue a vivir a la “Quinta de la Magdalena”, una casona cercana a Bogotá. Por este tiempo, finales de la década del ochenta, al parecer, su fortuna se esfumaba como consecuencia de los malos negocios, por eso se vio obligado a establecer una oficina en Bogotá “como consultor”. Según sus palabras, “poco compartía el criterio de vender los conocimientos”, parecíame, dice, “un sacrilegio, pero la situación obligaba...” “me daba vergüenza cobrar honorarios”. 

 

En cierta ocasión cuando realmente la pobreza tocó sus puertas, dijo “cuando se hiciera un escudo heráldico para los Pereira Gamba en él debiera figurar simplemente un yunque y sobre el yunque un libro; como única inscripción, encima, el verso del poeta inmortal SIC VOS NON VOBIS” (Así vosotros no para vosotros).

 

En todas estas faenas de la vida cotidiana lo acompañó la mujer de su vida, su esposa, María Urdaneta Padilla a quien siempre la llamó “Lile”, el matrimonio con esta distinguida dama santafereña se llevó a cabo en junio de 1897, “con un ceremonial de la más grande suntuosidad”.

 

A principios de siglo XX se dedicó a consultoría de proyectos de ingeniería de gran envergadura, entre éstos la construcción de carreteras, ferrocarriles, puentes, entre otros.


LA VIDA TRASHUMANTE DE PEREIRA GAMBA 

Su formación como ingeniero de minas lo llevó a conocer y explorar diferentes regiones de la República - Quindío, Tolima, Cauca, Antioquia, Cundinamarca -, por lo cual disfrutaba de un merecido prestigio como científico; también se ocupaba como profesor y colaborador en las mejores revistas de ingeniería nacionales y extranjeras. Entre 1888 y 1889 abandonó la capital para explorar unas minas de azogue en el Quindío, esta era la época en que las universidades, asociaciones y academias científicas adelantaban estudios e investigaciones en la exploración y explotación de minas, era el tiempo de las “ciencias útiles”, el tiempo de las ciencias y los métodos experimentales. El Dr. Pereira Gamba ingeniero auténticamente pragmático vio en esa propuesta formulada por don Joaquín Campuzano, la oportunidad de encontrarse con la realidad, por eso aceptó el contrato porque “conocía bastante”, según sus palabras, además de considerarse “un ingeniero minero”.

 

Este momento fue definitivo en la vida del joven profesional, ahí recogió experiencias que más tarde le servirían para la explotación de las minas ubicadas en territorio nariñense. En tierras quindianas permaneció un año, luego pasó a la ciudad de Ibagué a “ejercitar la consulta profesional”, después se trasladó a Natagaima (Tolima) con el fin de estudiar unos yacimientos de cobre por encargo de la Casa Sáenz Hermanos de Bogotá, a estas alturas Pereira Gamba contaba con 21 años de edad: en su vejez, al rememorar sus recorridos por el país decía: “He vivido casi todas las extensiones de la tierra colombiana dentro de los convencionalismos de la sociedad y libre en las montañas, creo haberlo recorrido todo”.

 

Destaco una de las actividades que le dio renombre internacional, su participación en nombre de Colombia en la World´s Fair de Chicago, EE.UU., en esta exposición universal el Dr. Pereira se propuso “mostrar la riqueza mineral de la República”, este evento le sirvió para “estudiar la geología económica del país”, él formulaba la teoría de que si bien la ingeniería, la geología, etc. son universales deben ser igualmente nacionales, jamás olvidó este principio, por eso siempre habló de una “Ingeniería regional”, de una “Química nacional”, de una ciencia nacional que “contribuya a guiar el progreso material de este país”, según sus palabras. 

 

En procura de llevar una buena colección de minerales, recogió muestras en el Tolima, Antioquia y una parte del Cauca. “Analizó y coleccionó los minerales auríferos de las principales minas de Marmato, Supía, Amagá, El Zancudo, Remedios, Zaragoza, Amalfi, Santa Isabel, Anorí, etc. que le permitió acumular el más rico y abundante muestrario de nuestras riquezas minerales, por lo que su colección fue calificada en Norteamérica como: “ideal de lo que es una colección en geología económica de un país”. El gobierno colombiano obsequió la colección al principal Museo de Chicago (1892). Según el Dr. Pereira, el Instituto consideró esta donación “como una de las mejores que haya recibido”. 

 

La década del noventa es para nuestro personaje un tiempo fructífero intelectualmente, radicado en Bogotá continúa el trabajo de consultoría, pero se dedica al estudio de las Matemáticas, la Química, el Cálculo, la Física, la Geometría, dice que “trabajó como sólo lo hizo años después cuando vivió en Pasto”. 

Anales de Ingeniería

Durante estos años escribió en revistas nacionales de reconocido prestigio como en los “Anales de Ingeniería”, publicó varios artículos sobre fomento de la industria minera, realizó estudios sobre zonas metalíferas del norte y centro del departamento del Tolima y en 1901, publicó su trabajo “Riqueza mineral de la república de Colombia”.

Riqueza mineral de la república de Colombia - Fortunato Pereira Gamba

Esta década fue de creación y de investigación, como amigo de los más destacados matemáticos. Participó de la Sociedad Colombiana de Ingenieros que reunía a los agrimensores, arquitectos, mecánicos, profesores de matemáticas y naturalistas, la sociedad, “Cuerpo Científico” a la que perteneció Pereira Gamba, tenía como objetivo la investigación científica en geología, astronomía, meteorología y matemáticas, además de todas las aplicaciones prácticas que tenía la “ciencia del ingeniero”, por sus múltiples especializaciones, su reconocido prestigio como ingeniero, sus investigaciones, su trabajo como docente en la Facultad de Ingeniería y Matemáticas de la Universidad Nacional, “estaba llamado”, como dijo en una ocasión, a “seguir la modesta profesión de sabios”. Por su iniciativa se fundó en Bogotá la Sociedad de Ciencias Agronómicas que tenía como objetivo crear una Escuela de Enseñanza Agrícola.

 

Además de su dedicación a la investigación y a la Academia, tuvo tiempo para los negocios, compró como queda dicho, casa, terrenos y animales, estas actividades disminuyeron sus caudales, como científico adquirió fama, como empresario y negociante Pereira fue un desastre, pues lo que obtuvo fue pobreza, “la ruina, la absoluta ruina, dice, fue el resultado de su última actuación en el mundo de las transacciones comerciales”.

 

Su trashumancia por la geografía nacional, sus recorridos cotidianos por los caminos de la ciencia, su agitada vida profesional y empresarial no le había deparado riqueza material sino una sólida formación, una riqueza intelectual que a su edad constituía una verdadera cantera de conocimientos que los nariñenses de aquella época supieron explotarla pues en el panorama de su vida apareció don Julián Bucheli Ayerbe (primer gobernador del Departamento de Nariño), quien lo convenció para que viniera a trabajar al nuevo departamento de Nariño. 

 

En este contexto, se funda en 1904 la Universidad de Nariño, fundación paralela al nacimiento del Departamento. Para poner en marcha el proyecto Universidad de Nariño colaboraron José Rafael Sañudo, Benjamín Belalcázar y Fortunato Pereira Gamba. Sin embargo, no todos los colaboradores tuvieron la misma escuela, algunos como Pereira Gamba fueron invitados a instalar el proyecto académico que sustentara la política del nuevo gobernador en materia de vías de comunicación; el presbítero Benjamín Belalcázar, joven recién egresado del Colegio Pío Latino de Roma, para establecer el puente entre la modernidad anhelada y la institución religiosa; Enrique Muñoz, de un acendrado conservatismo y muy relacionado con la causa pedagógica… Todos ellos a su vez vinculando a nuevos cuadros de la élite intelectual que irían a conformar un equipo estrella en el primer gobierno departamental.


EL ARRIBO DEL CIENTÍFICO PEREIRA GAMBA A NARIÑO

Cumplía cuarenta años de vida cuando tomó la decisión de venir a Nariño haciendo caso omiso de calificativos infundados que sobre la tierra nariñense y sus gentes existían. De Pasto se decía: “Tierra incógnita, pozo horrible de fanatismo y suciedad”. Pereira comenta: “ir a Pasto, era para un bogotano de entonces, peor que bajar al más oscuro círculo del infierno de Dante”.

 

Pasto a comienzos de siglo acababa de salir de la guerra civil protagonizada por los dos partidos, los rencores y odios eran fuentes que envenenaban más una atmósfera saturada de politiquería y religión, Pereira, dice: “El ambiente religioso en el sur de Colombia es el vínculo que une a las gentes con el lazo más estrecho y más fuerte, en el fondo de los corazones está la religión... la atmósfera religiosa de Pasto hay que sentirla y cuando se la siente, llena de encanto”.


PEREIRA GAMBA Y LA FACULTAD NACIONAL DE MATEMÁTICAS E INGENIERÍA DE PASTO

El científico bogotano, profesor de la Universidad Nacional, fue visitado en su oficina de la capital en 1905, por el señor gobernador del recién constituido Departamento de Nariño, don Julián Bucheli Ayerbe, por don Bernardo de la Espriella, acaudalado comerciante de Pasto, y por el doctor Jorge Samuel Delgado quienes le plantearon el proyecto de trabajar en Pasto, Bucheli lo invitó a participar en su gobierno, exponiéndole sus proyectos para el desarrollo del nuevo departamento, todo un plan de vías de comunicación, instrucción pública y varios aspectos que constituyeron una reforma progresista. concretamente, en la rectoría de la Facultad de Matemáticas e Ingeniería que el gobierno nacional acababa de crear. Don Julián le expuso su plan de convertir a Nariño en una región pujante y próspera, para ello, a juicio del gobernante, la educación sería un factor definitivo en este empeño, fueron convincentes los distinguidos visitantes, pues tan pronto terminó el diálogo, Pereira Gamba aceptó venir a Pasto como rector de la nueva Facultad, claro está que venía respaldado por la Sociedad Colombiana de Ingenieros, esta organización ante una consulta del presidente Reyes sobre quién sería el ingeniero idóneo y capaz para dirigir la Facultad, conceptuó que el candidato digno de toda confianza era el doctor Fortunato Pereira Gamba, de inmediato, el Señor Gobernador, lo nombró como rector de la Facultad. La sociedad sugirió igualmente, que el plan de estudios debería ser el mismo que regía en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional. 

 

En la misma ciudad de Bogotá, Pereira Gamba nombró como secretario al ingeniero Pablo E. Lucio competente profesional, amigo personal del nuevo rector quien viajó inmediatamente a Pasto a preparar la inauguración mientras que el doctor Pereira “reunía todos los elementos básicos de la Facultad y se hacían pedidos, de acuerdo con el Gobernador, de los útiles y libros que existían en la capital y el extranjero”.

 

Ocho meses más tarde, en junio 8 de 1905, mediante el decreto 589, el presidente de la república general Rafael Reyes Prieto creó la Facultad de Matemáticas e Ingeniería, la cual entró a funcionar académica y administrativamente el 20 de noviembre del mismo año. La facultad de Matemáticas e Ingeniería tuvo carácter nacional, porque el decreto 589 proviene del ejecutivo nacional y dice: “Costeada por la nación”, de ahí que su denominación correcta fue: “Facultad Nacional de Matemáticas e Ingeniería”. En el citado decreto, se especificaba que se darían las mismas enseñanzas y regiría el mismo plan de estudios de la Facultad de Matemáticas e Ingeniería de la Universidad Nacional. 

 

Es necesario aclarar que en el decreto 049 de 1904, por el cual se creó la Universidad de Nariño aparecen registradas como facultades: Derecho y Ciencias Políticas, Matemáticas e Ingeniería, dotadas de sus respectivos planes de estudio similares a los que se ofrecían en la Universidad Nacional de Colombia y la Clase de Comercio. Como rector de la Facultad de Matemáticas e Ingeniería fue nombrado el doctor Fortunato Pereira Gamba, quien estaba convencido de la idea de que el eje del progreso del país estaba en la técnica.

 

Encontrándose en Pasto, organizó la creación de la Facultad de Matemáticas e Ingeniería de Universidad de Nariño, siendo su rector y fundador por decreto presidencial N° 598 del 8 de junio de 1905. En dicha facultad se impartiría el mismo pensum académico de la Universidad Nacional de Colombia. Para ello fueron contratados profesores pertenecientes a la Sociedad Colombiana de Ingenieros: Belisario Ruiz Wilches y Jorge Álvares Lleras.

 

En el articulado se estableció sedes académicas para Pasto y Barbacoas, siendo esta última ciudad la que aportaría el desarrollo minero y comercial a Nariño. Pereira viajó personalmente a Barbacoas con el fin de abrir una vía de comunicación ferroviaria con Túquerres, encontrando una importante zona aurífera y además una conectividad fluvial con el Pacífico, a través de dos barcos de vapor: el Nariño y el República. Propuso El Camino del Sur y del Ferrocarril, que uniría a Pasto con Tumaco. Entre otros proyectos de interés nacional y departamental se encontraba la apertura de un camino Pasto - Mocoa, el cual sería de utilidad para el intercambio comercial con otros países vecinos, siendo encargado el ingeniero bogotano Miguel Triana.

 

La Facultad de Ingeniería y Matemáticas bajo su dirección fue el soporte científico – técnico para el nuevo plan vial del departamento, como iniciativa del gobernador Bucheli.


LA FUNDACIÓN DE LA FACULTAD DE INGENIERÍA Y MATEMÁTICAS.

SUS PRIMEROS AÑOS 

El 2 de noviembre de 1905; según Fortunato Pereira Gamba se inauguró oficialmente la Facultad de Ingeniería y Matemáticas, es a juicio del rector Pereira una “escuela de ingenieros civiles que expide también diploma de agrimensores. A esta Facultad se matricularon veintisiete estudiantes, al fin de año quedaron veinte; inicialmente Poco tiempo después, en los primeros meses, Pereira decía: “La Facultad tiene resultados tangibles, se debe a la buena calidad de los alumnos y al entusiasmo con que han tomado el estudio de la Ingeniería”. En su primer informe al señor Gobernador, aseveraba “Tengo verdadera satisfacción al hacer saber a usted que las disposiciones que tienen los alumnos de este Departamento para el dibujo son extraordinarias, de modo que los progresos son muy notables”.

 

La concepción sobre la educación práctica y útil provino de las reformas alemanas y francesas que influenciaron a los ideólogos de la educación en Colombia, de ahí que Pereira Gamba que provenía de la Universidad Nacional la cual había adoptado los principios de la educación pragmática para las ingenierías, también los impuso en la nueva Facultad de Matemáticas e Ingeniería, con el lema “Menos Matemática y más Ingeniería”, refiriéndose al desbalance entre la teoría y la práctica. En sus escritos sustenta esta posición que no es más que el reflejo del debate internacional del momento acerca de lo que debe ser el ingeniero y la Ingeniería. 

 

“La Ingeniería –aseveraba– es carrera eminentemente de aplicar las fórmulas oportunamente, es el ideal de las Matemáticas del ingeniero; saber encontrar las fórmulas, saber inventar los procedimientos para el cálculo, es esta la labor del matemático”. 

 

Establecía claramente el papel del ingeniero y del matemático al comentar: “El matemático investiga sin preocuparse de la posible aplicación de sus resultados... el ingeniero por el contrario aplica”.

 

Laboratorio Facultad de Ingeniería y Matemáticas - Universidad de Nariño - Fortunato Pereira Gamba
Laboratorio Facultad de Ingeniería y Matemáticas de la Universidad de Nariño

Interesante resulta la concepción que el científico Pereira Gamba tenía acerca de la Ingeniería, para él esta tiene que ser regional. Su preocupación se centraba en poner la formación de los estudiantes al servicio de los problemas regionales, es decir, adecuarse al país y a la región donde se imparte las enseñanzas, al respecto opinaba: “los trabajos de Ingeniería estarán reducidos a la exploración de buenas líneas, para caminos de herradura, carreteras y ferrocarriles, construcción de puentes, construcción de acequias, edificaciones ordinarias, etc... el moderno ingeniero en Colombia está llamado a acabar con la era del atraso en que hemos vivido, a dar el impulso motor al desenvolvimiento de las industrias patrias y a guiar el progreso material de este país”. Una de las estrategias utilizadas fue la formación por niveles, de tal modo que, en un primer momento, los estudiantes obtuvieran el título de agrimensores, para luego continuar con la formación como ingenieros. Por otra parte, consideraba importante hermanar la teoría con la práctica, siempre y cuando se entendiera el sentido de lo práctico. 

 

La práctica fue fundamental en el desarrollo del currículo, no despreciaba las Matemáticas, por el contrario, decía que el ingeniero debía tener una sólida formación Matemática pero sometida a tendencias de aplicación. En alguna oportunidad le criticaron de que la educación que impartía era empírica a lo que respondió: “Tengo especial simpatía en dar una instrucción práctica y al decir práctica no quiere decir empírica. La instrucción de Ingeniería, con sentido práctico, es aquella que basada en el fundamento de las Matemáticas puras guía el espíritu... la instrucción con sentido empírico tiende únicamente a enseñar, a aplicar fórmulas de un modo mecánico e inconsciente”.

 

Fortunato Pereira confió en la capacidad de los estudiantes, por ellos concibió la idea de formar profesores de los mismos estudiantes, como un estímulo, esto, decía, es importante para la “vida futura de la institución y el resultado provechoso que produce en el ánimo de los jóvenes”.

 

 

La actividad de Pereira fue impresionante por la cantidad de trabajos que diariamente realizaba, era un escritor prolífico en el campo de las ciencias básicas pues escribió artículos científicos sobre Química, Física, Mineralogía, Matemáticas, Geología, Geofísica, Geometría, y artículos relacionados con vías, puentes, acueductos, túneles, carreteables, vías subterráneas, ferrocarriles, etc. Toda cátedra que le correspondía dictar la inauguraba con una conferencia magistral sobre la materia, empezando con referencias históricas hasta llegar desde lo universal al estudio de Colombia para convertir la ciencia en conjunto de conocimientos aplicables al país y la región. 


LA REVISTA DE INGENIERÍA

El 17 de noviembre de 1906 el señor gobernador del Departamento don Julián Bucheli Ayerbe, mediante decreto 228, ordenó a la Facultad publicar mensualmente la “Revista de Ingeniería” como órgano auténtico de la Facultad de Matemáticas e Ingeniería de Pasto, tendrá -según el artículo 2º- por objeto principal la propagación de conocimientos relacionados con la Ingeniería y las industrias existentes en el Departamento o que puedan desarrollarse en él”. Esta revista tuvo vida hasta 1909, circuló por las Universidades y Academias del país, Estados Unidos, Europa y Latinoamérica, este órgano de difusión, el primero en la vida institucional, fue importante por la calidad de los escritos, los artículos y ensayos de carácter científico tuvieron la aprobación de los académicos e intelectuales de la época, varias son las felicitaciones que científicos destacados presentaron al doctor Pereira y a los redactores, profesores: Pablo E. Lucio, Belisario Ruiz y José Rafael Sañudo por la excelente dirección de la Revista que se publicaba en la Imprenta Departamental. 

 

La consolidación de muchas de las ideas de Pereira Gamba para el adelanto de la Facultad y de los "intereses ferroviarios, de caminos, de minas y de industrias del Departamento" se dio con la creación de la Revista de la Facultad. Como se indicó anteriormente y mediante Decreto No. 228 del 17 de noviembre de 1906, el Gobernador de Nariño autorizó la publicación mensual de un folleto de 32 páginas, y por cuenta del Departamento, denominado la REVISTA DE INGENIERIA, y la edición de cada número sería hasta de 500 ejemplares. 

 

La REVISTA DE INGENIERIA complementa lo único que faltaba para hacer de la Facultad un verdadero centro de propaganda científica. Ella es su órgano de publicidad; pero hay que tener en cuenta que esta Revista NO TIENE CARÁCTER ESCOLAR, es una publicación científica y técnica.

 

Y en efecto, esta publicación se convirtió en el medio de divulgación científica y técnica más importante en Nariño, en la primera década del siglo XX. En los tres volúmenes publicados, con 9 revistas anuales (1906-1909) se incluyeron gran variedad de temas: cursos por entregas para los alumnos de la Facultad, en diferentes áreas, con el fin de que éstos los coleccionaran y les sirvieran como textos de estudio, decretos e informes, correspondencia con especialistas del país y del exterior sobre los problemas que preocupaban a la región, consideraciones sobre los estudios en las diferentes ramas de la ingeniería, proyectos y avances en el área de la industria ferroviaria, estudios en el campo de la minería, necrologías, reportes sobre el estado de las obras públicas en el Departamento, reglamentos, notas sobre higiene, reproducción de artículos de otras revistas de ingeniería y, en general, todo aquello que el Director y los Redactores consideraron de importancia para el adelanto científico y técnico de la región. 

 

De otra parte, la existencia de la Revista permitió tener una ventana al mundo, a través de la cual se visibilizó la Facultad y sus emprendimientos, se intercambiaron conceptos acerca de las mejores condiciones para llevar adelante la construcción de los caminos y vías férreas en el Departamento, y se mantuvo una estrecha relación con los homólogos, que, en primer término, eran los miembros de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, de la cual Pereira seguía siendo un miembro activo. Numerosos artículos escritos por él fueron publicados en los Anales de Ingeniería, donde dio a conocer las riquezas y potencialidades de la zona de Nariño, tan desconocida en ese entonces por los intelectuales del centro del país. Una vez que la Facultad tuvo suficiente personal, su Rector empezó a pensar en la fundación en Pasto, de una sede de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, gremio del que había sido un importante gestor. 

 

A parte de escribir en esta revista, y para otras revistas internacionales, logró en la Universidad de Nariño fundar un laboratorio de metalurgia, “sin presunción alguna, decía, me atrevo a afirmar que ninguna escuela profesional de las del país, tal vez de las de Sur América queda tan bien dotada como ésta. Aparte de esto ha quedado de propiedad de la Facultad el mejor y más completo gabinete de ensayo de minerales y Química Analítica que ha habido en el país”.

 

Con los profesores –Sañudo, Lucio y Ruiz–, escribieron tres textos de Geometría Analítica, Topografía, Física y Química, elaboraron el reglamento de la Facultad e incluyeron como obligatoria la clase de Religión que dictó el rector Benjamín Belalcázar, instaló en la Facultad hornos para las prácticas de Mecánica y Mineralogía, solicitó libros para la constitución de una biblioteca especializada, buscó elementos para Meteorología y Dibujo y se preocupó por hacer conocer la Facultad con los centros científicos análogos del país y de América Latina, para ello la Revista de Ingeniería le sirvió de vehículo, su trabajo académico–administrativo se vio estimulado y reconocido en el medio porque después del curso preparatorio y superado el segundo año de labores se graduaron los primeros agrimensores (topógrafos) ellos fueron: Florentino Calderón Pérez, Samuel Chaves, Julio Ayerbe, Jeremías Bucheli, Francisco Álvarez, José Joaquín Bravo, José Félix Benavides, Luis Hurtado y Manuel María de la Espriella.

 

Con la contratación de nuevos profesores de Bogotá, implementó el Laboratorio Metalúrgico de la Universidad de Nariño con aparatos científicos como los que se usaban en las universidades de Europa y Estados Unidos, posicionándose como uno de los más importantes del país para aquellos años.

Riqueza mineral del Sur de Colombia - Fortunato Pereira Gamba

Por varios lugares de la geografía regional los topógrafos de la Facultad se desplazaron para poner en práctica sus conocimientos, acompañados de estos docentes visionarios y comprometidos con la Universidad y la región, el mismo Pereira Gamba acompañado de Julio Thomas y José María Guerrero, estudiaron y trazaron el camino de Barbacoas, de esta experiencia dejó un extenso relato sobre la geografía, la flora y fauna y la riqueza mineralógica de esta región, fue observador acucioso, su trabajo titulado “Riqueza mineral del Sur de Colombia” revela su pasión y su conocimiento sobre la Ingeniería Minera, sobre los métodos de explotación y sobre la riqueza minera de Nariño de veta y aluvión. 

Pereira Gamba es un ejemplo de trabajo y de sentido de pertenencia, “Estudiaba y escribía en las noches, durante los días, dictaba sus clases y desarrollaba un trabajo asiduo de laboratorio, allí estudió minerales, rocas, aguas termales y en suma cuanto interesaba al Departamento; ...escribía para la revista de Ingeniería, concurría a la Junta de Obras Públicas, al Concejo Municipal, (El Dr. Pereira se desempeñó como concejal en representación del partido liberal), desempeñaba la consulta oficial técnica y aún le alcanzaba tiempo para sacar trabajos de micrografía, escribir para las principales revistas técnicas de Norteamérica, para la revista “Anales de Ingeniería”, de Bogotá”. Mantuvo la Revista de Ingeniería durante tres años y publicó 27 números, nueve por año, con inmejorable calidad. 

 

Este era Pereira Gamba, un hombre polifacético, un sabio que amó a Nariño “yo logré –dice– empaparme en absoluto, como una esponja, del ambiente, digámoslo así, espiritual que me rodeaba, fui el recipiente más perfecto para almacenar sensaciones y he llegado a creer que yo he sido el único forastero que sintió y entendió a Pasto ¡qué dicha ponerse al unísono con el temperamento general!”.


EL CIERRE DE LA FACULTAD DE MATEMÁTICAS E INGENIERÍA 

Debido a los acontecimientos políticos nacionales ocurridos en 1909 como consecuencia del quinquenio dictatorial del presidente Rafael Reyes Prieto y la confrontación bipartidista, el jefe del Ejecutivo Rafael Reyes Prieto, abandonó el país, el cambio de gobierno nacional, en el contexto de la hegemonía conservadora, redundó en Nariño; el 24 de octubre del año mencionado salió de la gobernación el Dr. Julián Bucheli Ayerbe, en su reemplazo fue nombrado el general Eliseo Gomezjurado a quien Pereira calificó como “el gobernador troglodita”, “con Gomezjurado –dice el doctor Fortunato– vino el fin de todo aquello, la Facultad de Matemáticas, la Revista de Ingeniería y las principales obras del incipiente progreso. No es mi objetivo recriminar –continúa– pero hay cosas que deben venir en la historia. Ciega pasión, odios estúpidos, envidias y rencores antiguos, el frenesí de los incapaces, fueron los móviles que guiaron a las gentes recién venidas en cuanto hicieron”.

 

La situación político-social a la caída del gobierno de Reyes frustró la continuidad de este proyecto, e hizo evidente la animadversión que se había incubado contra la Facultad de Ingeniería. La ciudad no había roto con las costumbres, la ignorancia y prejuicios propios del período colonial y el choque con personajes externos a la cultura pastusa traía el riesgo de "descatolizarla". Por otra parte, la Facultad de Ingeniería se había convertido en un símbolo de la modernidad que Bucheli quería introducir en la región, y los ahora detractores de su gobierno, quisieron negativizar su influencia destruyendo el símbolo. Con el nuevo gobierno vino el cierre de la Facultad y de la Revista de Ingeniería, aduciendo "el gravísimo costo que ha causado a la Nación y al Departamento la Facultad de Matemáticas e Ingeniería".

 

Mientras a la gobernación llegaba un conservador ortodoxo a la diócesis de Pasto en reemplazo del obispo Ezequiel Moreno, llegó en el mismo año, (mes de abril), Adolfo Perea predicador de paz y mediador en los avatares de la política desenfrenada y violenta que se vivía en Pasto. El sectarismo político del nuevo gobernante, su contradicción ideológica con Pereira Gamba lo llevó a cerrar la Facultad de Matemáticas e Ingeniería, “no hay otra causa; se cerró por sordas intrigas desde las sombras”, y por los permanentes ataques de fuerzas tradicionalistas contra un científico que comportó elementos fundamentales de la modernización.  La Facultad estuvo cerrada hasta 1922.


FORTUNATO PEREIRA GAMBA Y LA FUNDACIÓN DEL CENTRO DE HISTORIA 

El doctor Pereira Gamba en el año de 1910 ya no era Rector ni docente de la Facultad de Matemáticas e Ingeniería, pero tenía en Pasto un sobrado prestigio como intelectual y escritor en el área de las Ciencias Naturales y Matemáticas, en sus artículos de carácter técnico se devela una fibra sensible hacia la historia de las ciencias, por cuanto él, como matemático que fue, supo, que sin la comprensión de los orígenes, de la estructura lógica y de la epistemología de las disciplinas, imposible llegar a la esencia de las cosas, de ahí su afición por la historia que refleja igualmente en sus escritos acerca de la naturaleza, los paisajes, las costumbres y tradiciones de los pueblos que estudió con la otra óptica del profesional técnico. 

 

Fortunato, encontrándose por fuera de la actividad académica de la universidad, postula ante la Academia Colombiana de Historia, la creación del centro de Historia de Pasto, con el fin de realizar estudios regionales de historia, geografía y etnolingüística. La Academia Nacional, escogió el nombre del doctor Fortunato Pereira porque sabía de sus cualidades y de sus escritos en revistas nacionales y extranjeras, además, nuestro personaje fue fundador en 1905 de la Sociedad de Ciencias Agronómicas en la ciudad de Bogotá y pertenecía a la Asociación de Ingenieros. Por iniciativa de él se convocó a un connotado grupo de ciudadanos que reunidos el 14 de diciembre de 1910 dieron origen al Centro de Historia de Pasto filial de la Academia Nacional de Historia de Bogotá; del cual fue su Presidente durante su primer año de vida, por cierto, poco productivo, porque Pereira Gamba era un hombre hecho para el trabajo a campo abierto y especialmente para la experimentación en los laboratorios, en los socavones, vetas, montañas y ríos, es decir, donde tuviera que explorar los secretos de la madre naturaleza. Considerándose minero de profesión abandonó Pasto para ubicarse con su familia en la ciudad de Túquerres. 


PEREIRA GAMBA, SUS TRAGEDIAS Y SU TRIUNFO FINAL 

A finales de 1910; Pereira Gamba, se trasladó con su esposa “Lile” y sus hijos Ana María, Victoria, Mercedes, Juan y Nicolás, su hijo mayor, a la ciudad de Túquerres donde lo acogieron cariñosamente; en el Colegio de las Franciscanas matriculó a sus hijos en edad escolar mientras él se trasladaba a explotar las minas de oro, “El Porvenir” ubicadas en la vereda Imbú de Guachavez; para ello apostó todo su capital producto de la venta de su herencia de Bogotá, años más tarde el proyecto terminó en un fracaso quedando en la ruina absoluta. Este trabajo no le deparó riqueza alguna, la explotación con poca técnica por la carencia de instrumentos, aunque fue el primero en importar de Alemania un molino de pistones, nunca pudo recuperar sus inversiones; cada día el trabajo lo fatigaba y pasando por mal momento, su esposa falleció en la ciudad de Túquerres sin que pudiera atenderla, dos años habían transcurrido en esta aventura que le deparó muchos sufrimientos. 

 

Persistió en su empeño de continuar explorando los metales de la mina en “El Porvenir” y en ese terco propósito perdió la vista, a raíz de una catarata, así comenta el Dr. Pereira: “Cual sería mi horror aquella mañana en que parado en lo alto del rumbón por donde se botan los minerales al molino de El Porvenir, noté, por primera vez que no distinguía las hojas de los árboles, que una gaza se interponía entre mis ojos y las cosas. Poco a poco, ya de leer tan dulce me vi impedido, más tarde, de escribir y luego, de todos los trabajos materiales que, a mi espíritu, daban aliento y fuerza. Más adelante el inválido llevado del brazo por la calle del pueblo pues que en la montaña no pude vivir más”.

La vida en los Andes colombianos - Fortunato Pereira Gamba

En estas condiciones se dedicó en Túquerres a “dictar sus memorias al joven Francisco Muriel a quien reemplazó otro joven Luis M. Caicedo”. Fruto de este esfuerzo es su obra “La Vida en los Andes Colombianos” publicada en Quito en 1919, en la imprenta "El Progreso".

Impresiones de un viaje por el Ecuador - Fortunato Pereira Gamba

En julio de 1918, viajó a Quito ciudad donde fue operado en 1919 por el oculista Ángel Sáenz, de la escuela francesa, quien le recuperó la vista; según el historiador Jorge Buendía, durante su estadía en Quito escribió la obra “Impresiones de un viaje por el Ecuador”. 

Estando ya su espíritu fortalecido y recuperada su salud, el gobierno de Colombia lo nombró Cónsul en la ciudad de Filadelfia (EE.UU.), ahí fue incorporado como profesor de la Universidad de dicha urbe la que le entregó el título de Doctor Honoris Causa, un mérito por sus altas dotes de Ingeniero Civil y de Minas. En esta Universidad fueron reimpresas muchas de sus obras literarias, siendo así reconocido internacionalmente por su gran trabajo de investigación en mineralogía, entre estas la Universidad de Pensilvania. Falleció por patologías propias de la longevidad el 12 de marzo de 1936 en tierras del norte.

 

En dicha ciudad norteamericana el “Sabio Colombiano”, como le decían, falleció el 12 de marzo de 1936. Su nombre le dio lustre a la Universidad y su dedicación y trabajo fueron cimientos del progreso de Nariño. La Academia Nariñense de Historia y el Alma Mater honran perennemente la memoria de uno de sus más ilustres fundadores. 

 

Esta biografía, ha sido publicada, gracias a la iniciativa y gran aporte de su nieto, el señor Silvio Pereira Solarte, que entre otras cosas manifiesta:

 

"Esta biografía refleja su espíritu pragmático y modernizador que relaciona el saber con el poder, y este a su vez con el desarrollo de una región, la cual se encontraba sumida en el subdesarrollo en relación con las demás ciudades de Colombia a principios del siglo XX. Es de notar que hasta el momento no existe un merecido y lógico homenaje simbólico bautizado en mega obras, aulas universitarias, bibliotecas etc. Simboliza la moral, la ética y el ejemplo a seguir para las futuras generaciones, en lo que respecta con el progreso y compromiso con su región".

 

Finalmente, podemos manifestar que Fortunato Pereira Gamba, fue un intelectual de vasta formación en el campo de las ciencias naturales y poseedor de gran interés por introducir elementos civilizadores y de progreso. Pereira Gamba perteneció a las élites liberales que impulsaron proyectos para modernizar el campo, las comunicaciones, la minería y la educación en el país. La búsqueda del progreso fue el leitmotiv que orientó su accionar, para lo cual utilizó todos los medios para divulgar el conocimiento acerca de las riquezas naturales y las posibilidades de alcanzar mejores condiciones de vida para la población.


PUBLICACIONES DE FORTUNATO PEREIRA GAMBA

Anales de Ingeniería:

Numerosos artículos escritos por él fueron publicados en esta revista, donde dio a conocer las riquezas y potencialidades de la zona de Nariño, tan desconocida en ese entonces por los intelectuales del centro del país. En esta revista colombiana de ingenieros, su trabajo se desarrolló bajo el aforismo “menos matemática y más ingeniería“, refiriéndose al desbalance entre la teoría y la práctica.

Riqueza mineral de la república de Colombia:

Publicación realizada en 1901 la cual describe las observaciones que realiza el Ingeniero de Minas Fortunato Pereira, de la cordillera central y parte de la cordillera occidental de los Andes colombianos. Los datos recogidos y los que se adquirieron por otras referencias permiten trazar en grandes rasgos la geognosia general de Colombia; las zonas que se tomaron como referentes para el desarrollo de estos informes fueron los departamentos de Antioquia y Tolima.

Riqueza mineral del Sur de Colombia:

En este trabajo titulado revela su pasión y su conocimiento sobre la Ingeniería Minera, sobre los métodos de explotación y sobre la riqueza minera de Nariño de veta y aluvión. 

Revista de Ingeniería:

En esta publicación se dio la consolidación de muchas de las ideas de Pereira Gamba para el adelanto de la Facultad de Matemáticas e Ingeniería de la Universidad de Nariño y de los “intereses ferroviarios, de caminos, de minas y de industrias del Departamento”. La existencia de la Revista permitió tener una ventana al mundo, a través de la cual se visibilizó la Facultad y sus emprendimientos, se intercambiaron conceptos acerca de las mejores condiciones para llevar adelante la construcción de los caminos y vías férreas en el Departamento, y se mantuvo una estrecha relación con los homólogos, que, en primer término, eran los miembros de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, de la cual Pereira seguía siendo un miembro activo.

Impresiones de un viaje por el Ecuador:

Escrito realizado durante su estadía en Quito.

La vida en los Andes colombianos:

Viviendo en Túquerres, se dedicó a “dictar sus memorias al joven Francisco Muriel a quien remplazó otro joven Luis M. Caicedo”. Fruto de este esfuerzo es su obra “La Vida en los Andes Colombianos” publicada en Quito en 1919, en la imprenta "El Progreso". Esta obra corresponde a un relato biográfico de Fortunato Pereira Gamba, en ella narra sus viajes a través de la región de los Andes en Colombia. Describe la vida social y costumbres de los pobladores de cada una de las zonas que visitó. Detalla el viaje por los Andes dejando plasmada la ruta que recorrió por Colombia.

Revistas técnicas de Norteamérica:

Publicó artículos de ingeniería y minas en lo referente a trabajos de investigación en Nariño, en revistas técnicas de Norte América.

Otros trabajos:

La actividad de Pereira fue impresionante por la cantidad de trabajos que diariamente realizaba, era un escritor prolífico en el campo de las ciencias básicas pues escribió artículos científicos sobre Química, Física, Mineralogía, Matemáticas, Geología, Geofísica, Geometría, y artículos relacionados con vías, puentes, acueductos, túneles, carreteables, vías subterráneas, ferrocarriles, etc. Toda cátedra que le correspondía dictar la inauguraba con una conferencia magistral sobre la materia, empezando con referencias históricas hasta llegar desde lo universal al estudio de Colombia para convertir la ciencia en conjunto de conocimientos aplicables al país y la región. 


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Impresiones de un viaje por el Ecuador
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La vida en los andes colombianos
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La muerte de un científico colombiano
Necrología de Fortunato Pereira Gamba, publicada por la Sociedad Geográfica de Colombia - Academia de Ciencias Geográficas
LA MUERTE DE UN CIENTIFICO COLOMBIANO.pd
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Fuentes:

 

PEREIRA SOLARTE, Silvio. (22 de mayo de 2018). Ingeniero Civil y de Minas, Fortunato Pereira Gamba es “El personaje 10 del día”. Página 10. https://pagina10.com/web/ingeniero-civil-y-de-minas-fortunato-pereira-gamba-es-el-personaje-10-del-dia

 

GUERRERO VINUEZA, Gerardo León, Personajes Importantes en la historia de la Universidad de Nariño. Serie Biografías No. 1. Pasto, septiembre de 2006. p. 45-66

 

ÁLVAREZ HOYOS, María Teresa. (2015). Fortunato Pereira Gamba: Trayectoria de un intelectual en la búsqueda de progreso para el país. Revista Udenar. https://doi.org/10.22267/rhec.151818.27

 

ÁLVAREZ HOYOS, María Teresa. (2006). Universidad y Élite en el Sur de Colombia - Pasto, 1904 - 1930.

 

https://revistas.udenar.edu.co/index.php/rhec/article/view/4098/5682

 

RESEÑA HISTÓRICA DE PEREIRA. Pereira y su historia. https://sites.google.com/site/pereiraysuhistoria/

 

SOCIEDAD GEOGRÁFICA DE COLOMBIA. Artículo del Boletín de la Sociedad Geográfica de Colombia Número 1, Volumen III. 1936

 

https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll10/id/2548/

 

https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/10161

 

https://digitalcollections.library.vanderbilt.edu/islandora/object/islandora%3A98364#page/152/mode/1up


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