La Laguna Negra, también conocida como Laguna de la Coba Negra, se encuentra a una distancia de 24 Km. de San Juan de Pasto, ubicada hacia el sur occidente, en las faldas del volcán Galeras, con una temperatura promedio de 9ºC y una altura de 4.000 metros sobre el nivel del mar. Es una boca extinta del volcán Galeras. Es un lugar donde el verdadero silencio existe. Dada la altura y la lejanía de los centros metropolitanos y rurales, la Laguna de la Coba Negra es el sitio perfecto para encontrarse con uno mismo y el silencio.

Se encuentra ubicada en el lado sur del volcán Galeras, entre los municipios de Pasto y Tangua, a una altura aproximada de 3.450 m.s.n.m. Pertenece a la cuenca del Río Pasto.

1. Arrancamos desde el cruce de la Avenida Panamericana con la Avenida Mijitayo, pasando por el barrio Tamasagra hasta la bodega de Coca-Cola, desde este sector se acaba el pavimento y se da inicio a la vía destapada la cual es amplia y tiene tránsito de bus urbano, vehículos pesados, camionetas y camperos principalmente. Por la ruta pasamos por la planta de tratamiento de Empopasto (acueducto de Pasto), la cancha de fútbol de Corpoica y llegamos al corregimiento de Obonuco.

Desde Obonuco continuamos el ascenso hasta llegar al Corregimiento de Gualmatán, específicamente el sector de la finca Chambacú. El último ascenso es aproximadamente de unos 3 kilómetros

2. A la Laguna Negra también se llega por la vereda de Cubiján (Corregimiento de Catambuco), sobre la carretera Panamericana a la altura del kilómetro 15, desde donde un desvío permite interceptar el camino principal que conduce a la laguna.

Se debe tomar la ruta al sur, que de Pasto conduce a Ipiales por la Vía Panamericana; a la altura del Km. 15 se encuentra el Restaurante Coba Negra, desde allí se asciende por un camino carreteable de 4 Km. hasta llegar al imponente y majestuoso paisaje de La Laguna Negra que hace parte de las 8.886 hectáreas del Santuario de Flora y Fauna Galeras.

Una visita a la Laguna Negra, nos permite disfrutar del ecoturismo y la educación ambiental. En el seno enigmático de su lecho lacustre confluyen poetas, pintores, fotógrafos, literarios y músicos cómplices con las musas del verbo, la imagen y la melodía. Aquí la espiritualidad comulga con el lenguaje microcósmico de la ecología y sus devenires.

Su flora corresponde a formaciones vegetales del bosque andino temporalmente nublado (bosque de niebla), subpáramo, y los bosques primarios y secundarios están constituidos por cuatro estratos: rasante, herbáceo, arbustivo y arbóreo.

El copioso  follaje de los vegetales que visten de miles de verdes este santuario y que custodian el mágico encanto de la laguna, aloja  a comunidades de avifauna que inspiran sus cánticos en el silente verdor del exuberante paraje.

El croar sinfónico de los anfibios, los búhos con sus enormes ojos que atisban entre el manto hechicero de la noche, o los moradores del entresuelo que habitan los mundos interiores del planeta, son los agradecidos pobladores de este habitáculo frondoso, húmedo y mágico.

En su nacimiento desde el Páramo de Mejía se forma la quebrada Pisisiqui  que en su curso forma  una cascada de 25 m. de caída y se  constituye en el cordón umbilical de la laguna. La Laguna Negra con sus afluentes, es tributaria de los ríos Chapal y Miraflores que desembocan en el río Pasto.

Sobre el espejo cristalino, se reflejan las copas de los árboles, los arbustos y la vegetación circundante, dándole el color oscuro que esconde efímeras imágenes desvanecidas entre oleajes, brumas, tempestades y rayos de sol.